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Balsam
Last reviewed: 29.06.2025

El bálsamo (Impatiens) es un género de plantas de la familia Balsaminaceae, que incluye unas 400 especies de plantas herbáceas anuales y perennes. El bálsamo es conocido por sus flores brillantes y decorativas y su largo periodo de floración. Se utiliza ampliamente en horticultura y como planta de interior debido a su valor ornamental y su facilidad de cuidado. Las hojas del bálsamo son lanceoladas u ovaladas, y las flores pueden presentar diversos tonos, desde el blanco y el rosa hasta el rojo y el morado. Esta planta prefiere la humedad y crece bien en semisombra, lo que la hace ideal para diversos tipos de jardines e interiores.
El bálsamo se utiliza a menudo como planta ornamental para crear vibrantes composiciones florales en jardines, balcones e interiores. También es conocido por su larga floración, lo que lo hace atractivo en la jardinería ornamental. En algunos casos, se cultiva como planta de interior, especialmente en regiones de clima frío.
Etimología del nombre
El nombre del género "Impatiens" proviene del latín "impatiens", que significa "impaciente" o "ansioso". Este nombre se relaciona con la característica de la planta: sus cápsulas de semillas maduras se abren con el más mínimo contacto, lo que provoca una rápida dispersión de las semillas. Este mecanismo de dispersión de las semillas permite que la planta se propague rápidamente en su entorno. Este comportamiento también explica por qué el bálsamo recibió su nombre en honor a su impaciencia al tacto.
La etimología también destaca la singularidad de la planta y su adaptación para extenderse en ecosistemas naturales. El bálsamo, debido a su impaciencia, se dispersa activamente y coloniza nuevos espacios.
Forma de vida
El bálsamo es una planta herbácea perenne o anual, según las condiciones climáticas. En zonas cálidas, puede ser perenne, pero en regiones con inviernos fríos, se cultiva como anual. Suele tener un aspecto compacto, similar a un arbusto, con tallos ramificados que sostienen flores grandes y brillantes. Forma arbustos densos que pueden alcanzar entre 30 cm y 1 metro de altura, según la variedad.
Tanto en interiores como en exteriores, el bálsamo crece vigorosamente y suele formar abundantes composiciones florales durante toda la temporada de crecimiento. En la naturaleza, esta planta puede ocupar grandes extensiones y formar densos matorrales, lo que explica su popularidad en jardinería y paisajismo.
Familia
El bálsamo pertenece a la familia Balsaminaceae, que incluye unas 900 especies de plantas, la mayoría herbáceas, con algunas especies arbustivas. Las plantas de esta familia suelen presentar colores brillantes y tienden a propagarse rápidamente, lo que las hace populares en jardinería ornamental. La familia incluye plantas anuales y perennes, muchas de las cuales tienen valor ornamental gracias a sus flores brillantes y su fácil cuidado.
Las plantas de la familia Balsaminaceae se encuentran frecuentemente en regiones tropicales y subtropicales, así como en climas templados. Se adaptan bien a la humedad, prefieren la semisombra y responden bien al riego y la fertilización regulares.
Características botánicas
El bálsamo tiene hojas grandes y suculentas, que pueden ser ovaladas o lanceoladas, con bordes dentados y superficie lisa. Suelen ser de un verde brillante, aunque algunas variedades pueden presentar tonos morados. Las flores de la planta son de diversos colores, desde blanco y rosa hasta rojo, morado e incluso bicolor. Se agrupan en inflorescencias racemosas, cada una con 5-7 pétalos. La floración es prolongada, comenzando en primavera y continuando durante todo el otoño, siempre que se les brinde el cuidado adecuado.
El sistema radicular del bálsamo es superficial, lo que la hace sensible a la sequía. Para un crecimiento y desarrollo normales, la planta requiere riego regular y una buena aireación del suelo.
Composición química
No se conoce que el bálsamo sea una fuente significativa de sustancias químicas activas utilizadas con fines medicinales o farmacéuticos. Sin embargo, al igual que muchas plantas ornamentales, contiene sustancias que pueden tener propiedades antisépticas y antiinflamatorias. Las hojas y los tallos pueden contener ácidos orgánicos, taninos y fitoncidas, lo que ayuda a la planta a combatir plagas y enfermedades.
Para uso medicinal, es importante consultar a un médico, ya que la composición química del bálsamo no está lo suficientemente estudiada como para recomendarlo como remedio popular.
Origen
El bálsamo es originario de las regiones tropicales y subtropicales de Asia y África. En estado silvestre, crece en bosques tropicales húmedos, prefiriendo zonas bien iluminadas con suelo húmedo. La planta se encuentra en países como India, China, Malasia y otras regiones de clima cálido y húmedo.
Dado que el bálsamo es fácil de cultivar tanto en casa como en el jardín, se ha introducido en el cultivo y se ha extendido por todo el mundo. En Europa, se popularizó en la jardinería ornamental y el cultivo de plantas de interior gracias a su floración brillante y duradera.
Facilidad de cultivo
El bálsamo es una planta poco exigente, fácil de cultivar tanto en el jardín como en el interior. No requiere mucho cuidado, pero prefiere condiciones húmedas y riego regular. Además, se adapta bien a diversos tipos de suelo, siempre que este tenga un buen drenaje.
El bálsamo es ideal para jardineros principiantes, ya que no requiere cuidados constantes y su hermosa floración es placentera durante toda la temporada de crecimiento. Sin embargo, es importante evitar el riego excesivo y el agua estancada en la maceta para prevenir la pudrición de las raíces.
Variedades y cultivares
Existen numerosas especies y cultivares de bálsamo, siendo los más conocidos Impatiens walleriana e Impatiens balsamina. Las especies varían en forma y color de sus flores, así como en tamaño de planta. Algunos cultivares presentan flores más grandes o arbustos más compactos, lo que los hace ideales para diferentes tipos de interiores y jardines.
También existen variedades con flores multicolores, incluyendo tonos rosa, rojo, morado y blanco. Esto permite a los jardineros seleccionar plantas ideales para crear vibrantes composiciones florales.
Tamaño
El tamaño del bálsamo varía según la variedad y las condiciones de cultivo. En interior, la planta suele alcanzar una altura de 30 a 45 cm, pero en el jardín, en condiciones favorables, puede crecer hasta 60 cm o incluso más. El bálsamo suele tener una forma compacta y forma arbustos densos que pueden ocupar un área de hasta 50 cm de diámetro.
El tamaño también depende de las condiciones de cultivo. En macetas, el crecimiento de la planta es limitado, mientras que en el jardín puede extenderse y formar grandes arbustos.
Índice de crecimiento
El bálsamo crece moderadamente, pero puede desarrollarse con bastante rapidez con buenos cuidados, especialmente durante la estación cálida. Crece activamente en primavera y verano, siempre que reciba suficiente riego y luz solar. Sin embargo, con luz insuficiente o riego excesivo, su crecimiento puede ralentizarse.
En invierno, el crecimiento de la planta se ralentiza al entrar en un estado de letargo. Durante este período, se reduce el riego y la planta requiere un cuidado mínimo.
Esperanza de vida
El bálsamo es una planta perenne en las regiones tropicales, pero suele cultivarse como anual en climas templados. En regiones con inviernos fríos, su vida se limita a una sola temporada de crecimiento, pero con los cuidados adecuados, puede florecer y crecer durante varios meses. En climas cálidos, donde la planta puede sobrevivir al invierno, puede vivir varios años.
En interiores, el bálsamo puede florecer durante varias temporadas seguidas si se trasplanta con regularidad y se renueva el suelo.
Temperatura
El bálsamo prefiere temperaturas moderadas, entre 18 y 24 °C. La planta no tolera las heladas y no sobrevive a temperaturas inferiores a 10 °C. En invierno, cuando bajan las temperaturas, pierde sus cualidades ornamentales y puede morir si no se le proporciona un régimen de temperatura adecuado.
En regiones con inviernos fríos, el bálsamo debe cultivarse en interiores a temperaturas no inferiores a 10 °C.
Humedad
El bálsamo prefiere la humedad alta, especialmente durante los veranos calurosos. Crece bien con niveles de humedad del 60 al 80 %. En condiciones secas, la planta puede empezar a perder hojas o flores y ralentizar su crecimiento.
Para mantener una humedad óptima, puedes rociar las hojas periódicamente o utilizar un humidificador.
Iluminación y ubicación en la habitación.
El bálsamo prefiere la luz brillante pero difusa, lo que lo hace ideal para colocarlo en zonas donde reciba suficiente luz pero no esté expuesto a la luz solar directa. Es mejor colocarlo en ventanas orientadas al este o al oeste, donde el sol no es demasiado intenso y la planta recibirá la cantidad de luz necesaria para mantener un crecimiento y floración saludables. La luz solar directa puede causar quemaduras en las hojas, por lo que es importante evitar la exposición.
Si la habitación carece de suficiente luz natural, se puede usar iluminación artificial, como lámparas de cultivo. Esto es especialmente importante durante los meses de invierno, cuando los días son más cortos y hay menos luz solar. Asegúrese de que la planta no esté en zonas con fluctuaciones bruscas de temperatura, como cerca de radiadores o aires acondicionados, ya que esto puede afectar negativamente su salud.
Suelo y sustrato
Para cultivar bálsamo, se necesita un sustrato ligero y bien drenado para evitar el estancamiento del agua y proporcionar una buena aireación a las raíces. La mezcla ideal para el bálsamo consiste en tierra de jardín, turba, arena y perlita en una proporción de 2:1:1:1. Esta mezcla retiene bien la humedad, pero no permite que el suelo se encharque demasiado, lo cual es importante para prevenir la pudrición de las raíces. La perlita y la arena ayudan a mejorar la estructura del suelo, previenen la compactación y promueven una mejor circulación del aire.
Para el bálsamo, se prefiere un pH del suelo de 5,5 a 6,5, ligeramente ácido. Esto permite que la planta absorba óptimamente los nutrientes necesarios. También es importante proporcionar un buen drenaje en la maceta con arcilla expandida o grava fina para evitar el estancamiento del agua y la pudrición de las raíces, que puede provocar enfermedades.
Riego (verano e invierno)
En verano, el bálsamo requiere riego regular. La tierra debe estar húmeda, pero no saturada. Se recomienda regar la planta cuando la capa superficial del suelo comience a secarse. Evite el riego excesivo, ya que puede provocar la pudrición de las raíces, especialmente en condiciones de humedad. La planta también es sensible al estancamiento de agua en la maceta, por lo que es importante controlar el drenaje.
En invierno, se debe reducir el riego, ya que la planta entra en su fase de letargo. Durante este período, solo se debe regar cuando la capa superficial del suelo esté completamente seca. Es importante que la planta no quede en agua estancada, ya que esto puede dañar las raíces.
Fertilización y alimentación
Durante la temporada de crecimiento activo (primavera-verano), el bálsamo requiere una fertilización regular. Se recomiendan fertilizantes líquidos balanceados para plantas con flores que contengan fósforo y potasio, ya que estimulan la floración y fortalecen las raíces. La fertilización debe realizarse cada 2-3 semanas, diluyendo los fertilizantes en el agua de riego. Esto proporcionará a la planta los micronutrientes necesarios y favorecerá su salud.
En invierno, cuando la planta está en letargo, no se requieren fertilizantes. Durante este periodo, el crecimiento se ralentiza y añadir fertilizantes puede dañar las raíces o causar una sobrecarga de nutrientes en el suelo, lo que dificultará el desarrollo de la planta.
Floreciente
El bálsamo florece durante un largo periodo, desde la primavera hasta el otoño. Las flores pueden presentar diversos tonos, desde blanco y rosa hasta rojo, morado y bicolor. Se agrupan en inflorescencias racemosas o en panícula, cada una con 5-7 pétalos. El periodo de floración suele durar de 2 a 3 semanas y, con los cuidados adecuados, el bálsamo puede florecer varias veces durante la temporada, lo que lo hace especialmente atractivo en la jardinería ornamental.
Las flores de bálsamo no solo son hermosas, sino que también atraen a los insectos polinizadores, lo que facilita su reproducción natural en la naturaleza. Esto también es importante para quienes crean composiciones florales con flores naturales.
Propagación
El bálsamo se puede propagar tanto por semillas como por esquejes. La propagación por semillas requiere sembrarlas en un suelo ligero y húmedo a una temperatura de 20-25 °C. Las semillas germinan en 2-4 semanas, tras lo cual las plantas jóvenes necesitan protección de la luz solar directa y cuidados adecuados.
La propagación vegetativa se realiza generalmente mediante esquejes. Se seleccionan brotes sanos, se cortan y se enraízan en una mezcla de arena y perlita. Los esquejes deben colocarse en un lugar cálido y húmedo para que el enraizamiento sea exitoso, lo que suele tardar entre 3 y 4 semanas.
Características estacionales
El bálsamo tiene un ciclo estacional definido. En verano, la planta crece y florece activamente, requiriendo riego y fertilización regulares. En otoño e invierno, el crecimiento se ralentiza y entra en una fase de letargo. Durante este tiempo, se reduce el riego y se suspende la fertilización.
El invierno es un período de descanso para la planta, por lo que es importante brindarle un cuidado mínimo. A pesar de su lento crecimiento, el bálsamo conserva su atractivo decorativo con el cuidado adecuado.
Características de cuidado
El bálsamo no requiere cuidados complejos, pero es importante prestar atención a aspectos básicos. Esta planta no tolera la luz solar directa, ya que puede causar quemaduras en las hojas. También es necesario mantener una humedad moderada y evitar el riego excesivo para prevenir la pudrición de las raíces.
El bálsamo prefiere el calor, pero no tolera las altas temperaturas. Se recomienda mantener la temperatura entre 18 y 28 °C y evitar fluctuaciones bruscas.
Cuidado en el hogar
Para cultivar bálsamo en interiores con éxito, es importante considerar varios factores. Primero, proporcionar a la planta suficiente luz, pero sin luz solar directa. Es mejor colocarla en una ventana orientada al este o al oeste, donde recibirá luz difusa.
El riego debe ser moderado, especialmente en invierno, cuando la planta está en letargo. Es importante mantener la tierra ligeramente húmeda, evitando el exceso de agua. Además, asegúrese de que la maceta tenga un buen drenaje para evitar el estancamiento del agua.
Trasplante
El bálsamo debe trasplantarse cada 1 o 2 años cuando las raíces llenen la maceta. La nueva maceta debe tener un diámetro de 2 a 3 cm mayor que la anterior. Es importante elegir una maceta con buen drenaje para evitar el estancamiento del agua.
El mejor momento para trasplantar es la primavera o principios del verano, cuando la planta está en pleno crecimiento. Al trasplantar, retire con cuidado la tierra vieja de las raíces para evitar dañarlas.
Poda y modelado de la corona
El bálsamo no requiere poda regular, pero eliminar las hojas secas y dañadas ayuda a mejorar su aspecto y salud. La poda también estimula el crecimiento de nuevos brotes y ayuda a mantener la forma compacta de la planta.
Si el bálsamo se extiende demasiado, se pueden podar los brotes largos para mantener la planta densa y compacta, mejorando su apariencia decorativa.
Posibles problemas y sus soluciones
Uno de los principales problemas del bálsamo es la pudrición de las raíces causada por el exceso de riego. Para evitarlo, es importante mantener un régimen de riego moderado y asegurar un buen drenaje en la maceta.
El bálsamo también puede sufrir deficiencias nutricionales, que se manifiestan en un crecimiento lento y una floración deficiente. En este caso, se recomiendan fertilizantes equilibrados para plantas con flores.
Plagas
El bálsamo puede ser atacado por ácaros, pulgones y cochinillas. Para prevenir las plagas, es necesario inspeccionar la planta regularmente y tratarla con insecticidas o remedios naturales como una solución jabonosa.
Para prevenir plagas, evite regar en exceso, ya que las plantas debilitadas se vuelven más vulnerables a los insectos.
Purificación de aire
El bálsamo puede ser beneficioso para mejorar la calidad del aire interior. Al igual que otras plantas, absorbe dióxido de carbono y libera oxígeno, lo que ayuda a mantener el aire fresco en la habitación. Esto es especialmente importante en zonas con poca ventilación.
Además, el bálsamo ayuda a humidificar el aire, contribuyendo a unos niveles óptimos de humedad, especialmente en invierno, cuando la calefacción puede secar el aire.
Seguridad
El bálsamo no es tóxico para personas ni mascotas, por lo que es una planta segura para cultivar en interiores. Sin embargo, se debe tener precaución al manipularlo, ya que su savia puede causar irritación leve de la piel en algunas personas.
Si planea utilizar bálsamo con fines decorativos, asegúrese de que sus hojas no representen ningún peligro para los niños o las mascotas.
Invernada
Para el invierno, el bálsamo necesita condiciones confortables. Durante este período, el riego se reduce considerablemente y la planta debe ubicarse en un lugar fresco con una temperatura de entre 12 y 15 °C. Esto ayudará a la planta a sobrevivir al frío y a prepararse para la llegada de la primavera.
Antes de la primavera, se recomienda aumentar gradualmente la temperatura y la iluminación para estimular el crecimiento y la floración en la nueva temporada.
Propiedades útiles
El bálsamo se valora principalmente por su belleza ornamental más que por sus propiedades medicinales. No se utiliza con fines medicinales, pero sus flores brillantes pueden ser útiles para realzar la estética del entorno.
Esta planta ayuda a crear hermosas composiciones en jardines e interiores, aportando luminosidad y frescura al espacio.
Uso en medicina tradicional o remedios populares.
El bálsamo no se utiliza en la medicina tradicional ni en remedios caseros debido a la ausencia de sustancias activas. Es más apreciado por su valor ornamental.
Sin embargo, al igual que otras plantas ornamentales, el bálsamo se puede utilizar para crear decoraciones o barreras naturales en el diseño de paisajes.
Uso en diseño de paisajes
El bálsamo se utiliza ampliamente en paisajismo debido a su valor ornamental. Es perfecto para crear setos y borduras, así como para decorar jardines verticales y terrazas.
Su forma compacta y su capacidad para sobrevivir en condiciones secas lo convierten en una opción popular para paisajismo en regiones con agua limitada o condiciones climáticas extremas.
Compatibilidad con otras plantas
El bálsamo combina bien con otras suculentas y plantas de bajo mantenimiento. Permite crear composiciones armoniosas con diversas especies vegetales, como aloe, cactus y otras suculentas.
Es importante tener en cuenta que el bálsamo prefiere condiciones soleadas y secas, por lo que es mejor combinarlo con plantas que también prosperen en esas condiciones para evitar la competencia por el agua y la luz.
Conclusión
El bálsamo es una planta resistente y ornamental, ideal para diversas soluciones de paisajismo. Su resistencia a la sequía y sus hermosas hojas la convierten en una excelente opción para cultivar en climas secos y cálidos.
Esta planta requiere un cuidado mínimo, lo que la convierte en una opción ideal para jardineros principiantes y aquellos que buscan una adición hermosa y duradera a su jardín o interior.